viernes, 13 de abril de 2012

LAS COSAS PEQUEÑAS QUE SE CONVIERTEN EN GIGANTES

Cuando alguien nos quiere impresionar, trata de captar nuestra atención con lo más llamativo de su personalidad, pero sin querer, se le escapan cosas que "susurran" a tu oído quien realmente es y la mayoría de las veces no prestamos atención a esos descuidos reveladores, somos sordos a los sonidos de "alarma" que emiten. Una pequeña llama, puede exterminar un bosque, una casa, muchas vidas. Una palabra airada puede comenzar un conflicto, hasta una guerra. Un pequeño desprecio, puede desatar un gran odio. Igualmente, una simple palabra puede descubrir el corazón de alguien.
No prestar atención a las cosas pequeñas hace que éstas se conviertan en gigantes que más tarde nos pueden hacer mucho daño.
Recuerdo de soltera haber conocido a un joven que haciéndose pasar por soltero, hizo un comentario que despertó mis sospechas de que fuera casado, fue algo tan insignificante que ante una apariencia tan atractiva, bien pude hacerme de oídos sordos y pensar, "ay ! pero que exagerada eres" pero no, activé a un equipo de espionaje entre mis amigas y ciertamente no me equivoqué, era casado, estoy segura que el notar ese pequeño detalle, me evitó muchos problemas y dolores en mi vida. Muchas veces nos decimos: " si hubiese sabido", "si yo, si tu, si él, si, si, si....." y probablemente estas excusas no existirían, si hubiésemos hecho caso de las pequeñas señales.

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