lunes, 23 de abril de 2012

LA IMPACIENCIA Y LOS ERRORES

Oí a alguien hablar de la paciencia y esto tocó mi corazón, soy una persona impaciente, le debo a la impaciencia muchos errores cometidos, gracias a Dios que tuve paciencia en escoger pareja porque si me hubiese dejado llevar por mi tendencia de hacer las cosas YA, de plano también de eso me estaría arrepintiendo.

La paciencia, como todo, hay que cultivarla, poco a poco tiene que ir madurando en nosotros, hasta que dé el fruto esperado en nuestra vida.

La impaciencia nos hace rezongar todo el día, en el tráfico, en los establecimientos públicos, todo lo que dependa de otras personas, dispara nuestra impaciencia. Cuando manejo, en momentos de mucho tráfico, sé que peco con la palabra y con el pensamiento, hablar de esto me hace sentir avergonzada, ojalá esta vergüenza me ayude a seguir trabajando en esto.

En honor a la impaciencia se cometen muchos actos violentos, por ella violamos las leyes del tráfico provocando accidentes, la impaciencia nos hace intolerantes con otras personas menos capacitadas, nos hace menospreciar a muchos.

Gracias a Dios mi impaciencia no me impide sentir el gozo de cosas que traen paz a mi interior como, recrearme en la naturaleza, en el arte, en la música, en un buen libro, en escribir, en gozarme de una plática con mis amigos, en ver jugar a mis nietos... Conozco personas que llegan a un lugar y al ratito ya se quieren ir, que se sientan en el borde de la silla como quién está dispuesto a emprender la carrera, no se pueden involucrar en un diálogo, para ellos sólo los monólogos son válidos no tienen paciencia para escuchar a otros, la impaciencia tiene mucho de menosprecio, de orgullo, cuando te impacientas estás diciendo por tus poros:  "yo lo puedo hacer mejor" que tú, soy más listo, que lentitud tienes, no tienes nada que decir que me interese, estar contigo me aburre.

 No sé si te ha pasado que cuando manejas alguien que corre más que tú te hace señales de luces, te toca la bocina, cuando pasa te mira y con los ojos te dice ¡tonta! y luego más adelante ves que la policía le está poniendo una multa mientras los "tontos" pasamos junto a él mirándolo. Cuándo esto me ha pasado ni miro a la persona, porque en otras ocasiones, aunque por gracia de Dios nunca me veían los policías, la que corría era yo.

Si piensas con honestidad en lo que te hace ser impaciente te hará descubrir cosas en tí de que arrepentirte pero tambien te dará las herramientas para combatir un defecto que antes pudimos ver como una fortaleza y es en realidad una gran debilidad y muchas veces pecado, que nos puede conducir a muchas desgracias.

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