miércoles, 16 de mayo de 2012

TAN PEQUEÑA Y CON TANTO PODER...

Es muy difícil para nosotros controlar ese pequeño miembro de nuestro cuerpo, cuando menos lo esperamos, la oímos decir cosas que nos pueden ocasionar muchos problemas y aún así hay algo malsano en ella, que la empuja “cuesta abajo" y no logra detenerse.

Algunas veces tuve la oportunidad de estar presente en confrontaciones donde cosas muy difíciles de tratar salieron a la luz, el comienzo de todo fue debido a una lengua "desbocada" que arrastró a otras lenguas en su caída, por lo que fueron avergonzadas aquéllas personas que no pudieron cerrar a tiempo su boca. Cuando nos vemos involucrados en chismes y habladurías, pensemos que casi siempre todo lo que se habló será en algún momento revelado por alguien.

Desde que comenzé mi vida de casada y aún ahora, me cuesta reunirme con otras personas si no tengo un propósito definido, mi vida siempre ha sido muy ocupada, nunca tuve mucho tiempo de socializar,

Con seis hijos, un esposo muy activo y una casa que siempre quise tener lo mejor posible, tuve que dejar a un lado muchas cosas que me gustaban, como la pintura, me agradaba tanto leer, que para hacerlo, tenía que robarle tiempo a mi sueño o compartir parráfos con: gritos, llantos y acusaciones que se hacïan mis hijos unos a otros. La canasta, el único juego de cartas que en verdad me gusta, lo tuve que dejar por muchos años. Desde entonces y aún ahora, me cuesta reunirme con otras personas si no hay una razón, un motivo, es muy agradable reunirte con los amigos y pasar un tiempo juntos, pero si ese tiempo se repite todos los días sin tener un propósito que lo amerite ¡Cuidado! Es entonces cuando podemos dejarnos llevar por nuestra lengua a pláticas innecesarias sobre otras personas o a inmiscuirte en sus vidas con una malsana curiosidad.

La lengua, se puede usar de muchas maneras, para alabar a alguien o para hacer añicos su reputación. Hay momentos en que por una situación que lo justifique y teniendo pruebas, no tengas más opción que decir la verdad sobre alguien, pero cuando se hace por pura diversión, por aburrimiento y sin pruebas, algún día tendremos que rendir cuentas por haberlo hecho. Yo soy de la opinión que si no tienes nada bueno que decir de alguien, mejor no digas nada, si te preguntan y no estás seguro de la respuesta, no respondas. Muchas personas saben como manipularte para sacarte información, cuídate de ellas, porque no siempre quieren saber para ayudarte, sino para pasar informaciòn a otros o para su propio provecho.

Yo creo que es bueno separar en círculos a tus amistades, en tu círculo más cercano deben estar aquéllos que por experiencias anteriores estás seguro que saben guardar un secreto, que te aman, que de verdad se interesan en tus cosas, que te dan buenos consejos, que puedes contar con ellos en cualquier necesidad, que no tienen otro interés más que tu amistad, y aunque no te reunas con ellos todo el tiempo, cuando lo haces puedes percibir su interés y cariño. Hay otras personas con las que nos relacionamos casi todo el tiempo, con quienes la pasamos muy bien, tenemos afinidad en muchas cosas, son divertidas, agradables, pero parte de su diversión es hablar o burlarse de otras personas, ¡Cuidado! De vez en cuandito está bien, pero que nunca pasen tus reuniones con ellas a un plano de contar intimidades, de revelar tus debilidades, de contar lo que no quieres que otros sepan.

Y están aquéllas que su compañía no te hace bien, saben manipularte, sacan siempre lo peor que hay dentro de tí, te empujan sutilmente para que hagas lo que no quieres, de esa personas huye, no sientas vergüenza de sacarlas de tu círculo de amistades, porque lo que realmente las mueve es la envidia, y malos deseos para tí

El que sabe controlar su lengua tendrá bajo control su vida.

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