No dejo de sentirme orgullosa por lo que hemos logrado, pero también me preocupa muchísimo que en esta transición olvidemos nuestra esencia, nuestros principios, valores y la razón por la que fuimos creadas. Con esto no quiero decir que no debemos evolucionar, lo que quiero decir es que hoy, más que nunca, debemos averiguar cómo llevar, con gracia y sabiduría, las responsabilidades que debemos manejar.
Las mujeres nos hemos preparado para lograr, sin la ayuda de un hombre, lo que nos propongamos pero a la misma vez esa independencia se puede convertir en un arma de doble filo, donde podemos salir muy dañadas, porque nuestra esencia sigue siendo la misma. Aprendamos a sacar provecho de nuestra nueva identidad sin desechar la mujer femenina, trabajadora, responsable, amable, respetable, temerosa de Dios y exquisita que hay dentro de nosotros.
Los retos que tenemos que enfrentar para lograr esto son gigantezcos, pero podemos hacerlo si ponemos en práctica ciertas reglas antiguas que iremos actualizando y que harán de nosotras la nueva mujer, que no tendrá necesidad de pasar horas sentada en un sillón de sicólogo para armonizar con su nueva identidad.
Iremos cada día descubriendo nuevas áreas, nuevas ideas, nuevos terrenos en los que debemos o no incursionar y podremos darnos, unas a otras, ideas de cómo hacerlo. Te espero mañana para que sigamos hablando de este tema tan interesante e importante para toda mujer de hoy.
© 2012 Mayda Amaro de Garcés
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