sábado, 31 de marzo de 2012

OLOR A CAFE, TABACO Y RON

Era casi una niña cuando tus costas me vieron partir
Pasaron los años y muchos deseos con esfuerzo, logré conseguir
Pero existió uno, que creció dentro de mí
Al aire desplegar las alas, que me llevaran a tí

Estamos tan cerca y a la vez tan lejos
Pero aún nos unen recuerdos ya viejos
Recuerdos que aún no he dejado marchitar
Sólo viéndote de nuevo te dejaré de añorar

Sé que lo que no consigues, lo llegas a idealizar
Pero la belleza de mi tierra es difícil de olvidar
Por eso no he regresado, a pesar de tantos años
Prefiero recordarte libre, escalando mil peldaños

Exhibiendo tu belleza mientras la cima escalabas
Con la alegría sincera que sin querer contagiabas
Me niego a verte vencida, aturdida y maltratada
Prefiero verte de nuevo, ya libre de toda aldaba

Que mis hijos te conozcan como yo te conocí
Y que recorran tus calles como yo las recorrí
Que mis nietos te descubran correteando por doquier
Que levanten tu bandera, que te aprendan a querer
Que conozcan al guajiro tanto como al gran señor
Que en Cuba negros y blancos se han unido ante el dolor

Que no nos llamen hispanos, cubanos siempre seremos
A café, tabaco y ron toda la vida oleremos
Y si fuimos transplantados ó no nacimos allí
Las raíces de un cubano se secan lejos de tí

Por Mayda Amaro de Garcés 
Marzo 31, 2012



viernes, 30 de marzo de 2012

QUE INGENUOS SON LOS HIJOS

Por algo que escribí, mis hijos muy sorprendidos, reconocíeron cuánto los conocía.
Tú que tambien eres madre sabes que nadie los puede conocer mejor, porque imagino que como yo, interrumpiste muchas veces lo que estvieras haciendo para ir varias veces al dīa hasta su cuna y con sigilo, para que no despertaran, comprobar que seguían con vida, recordarás las veces que tuviste que interpretar su llanto, que adivinar sus deseos sin que mediara una palabra, que intuír sus intenciones antes de una "catástrofe", también cuántas veces debiste escudriñar su mirada para que ésta te revelara, si decía la verdad ó mentía, las veces que leíste en sus ojos la satisfacción de creer que te había engañado, las que trataron de manipularte recurriendo a poses ò haciendo despliegue de diferentes caritas ó berrinches, las tantas veces que los miraste, abrazaste, pensaste, besaste, consolaste, intuíste, adivinaste, cuidaste, alimentaste, bañaste, arropaste, calzaste, escuchaste, recogiste sus juguetes, atendiste cuando enfermaban, diciplinaste, los disculpaste, respondiste sus curiosas preguntas, los aconsejaste, acurrucaste, les rezongaste, amenazaste, reíste y lloraste con ellos, velaste su sueño y oraste por ellos.... !Hay que ingenuos son los hijos ! Cómo pueden ni siquiera imaginar que no los conoces, si ser madre es abrir cada día, el libro de la "vida" de ellos, queriendo descubrir allí, en sus ojitos, lo que sucede en su interior, para cultivar lo mejor que llevan dentro y tratar de desarraigar del alma las debilidades que más adelante pudieran hacerles daño, ser madre es invertir cada segundo de nuestra vida en el tesoro más grande que Dios depositó en nuestra cuenta.